INSOMNIO, UN TRASTORNO DE LA ERA MODERNA
Acude a consulta el doctor “Y”, jefe de servicio de Neumología de un importante hospital de una ciudad de la Comunidad Valenciana. Tiene 49 años y desde hace cuatro sufre insomnio. Refiere que duerme únicamente entre tres y cuatro horas cada día. Las consecuencias de su insomnio son que no se ve con capacidad para llevar a cabo su trabajo diario.
En la actualidad, el insomnio es uno de los problemas médicos más extendidos, casi un tercio de la población lo padece.
Es el trastorno del sueño más frecuente, a pesar de lo cual no existe suficiente educación en torno a este problema ni entre la población general ni en el ámbito profesional.
Un 34% de la población padece insomnio (el 10% de forma crónica y el resto de forma transitoria). Alrededor de 13 millones de españoles padecerán insomnio en algún momento de su vida, y de ellos, 3-4 millones lo padecen de forma crónica.
Entre ellos, las quejas más frecuentes provienen de amas de casa, personas sin empleo, personas separadas, viudas y que viven solas.
Existe un 5 % de la población que utiliza remedios caseros para combatir esta enfermedad y un 85% no reciben ningún tipo de ayuda.
Sólo el 10% de los insomnes están diagnosticados y tratados correctamente. La mayoría ignora que el insomnio se puede tratar.
Las personas que presentan un grado de ansiedad importante o tendencia al decaimiento o depresión tienen como característica común el padecer insomnio.
¿Qué es entonces el insomnio?
En términos clínicos, el insomnio, constituye una percepción subjetiva de insatisfacción con la cantidad y/o calidad del sueño.
Incluye la dificultad para iniciar o mantener el sueño (o despertar temprano con incapacidad para volverse a dormir).
Se asocia con queja de sueño ligero, superficial o poco reparador, con pensamientos intrusivos persistentes que impiden la progresión natural del sueño hacia un sopor profundo, y disfunción de la alerta diurna, de la energía (fatiga, cansancio), de la función cognitiva, del comportamiento o del estado emocional con disminución secundaria de la calidad de vida.
¿Realmente padezco de insomnio? ¿Qué criterios utilizáis los profesionales de la salud mental?
Los criterios más significativos que se deben tener en cuenta para diagnosticar el insomnio son:
- El insomnio de inicio requiere una latencia de sueño, después de apagar la luz > 30 minutos.
- El insomnio de mantenimiento implica frecuentes o prolongados despertares, con una duración > 30 minutos después del inicio del sueño.
- La eficiencia de sueño es < 85% (relación entre tiempo total de sueño y tiempo transcurrido en cama)
- Debe aparecer tres o más noches por semana.
La percepción subjetiva, por parte del sujeto, con respecto a cuánto y cómo se ve afectado su funcionamiento psicológico, social y laboral es uno de los criterios más importantes para determinar la relevancia clínica.
¿Qué repercusiones tiene el insomnio?
Los sujetos que sufren insomnio crónico padecen:
- somnolencia y cansancio
- mayor déficit de memoria y atención
- disminución del estado de alerta
- mayor dificultad para llevar a cabo las tareas diarias,
- mayor dificultad para afrontar problemas menores
- mayor dificultad para mantener su nivel de productividad laboral
Dicen disfrutar menos de las relaciones sociales y familiares, teniendo una pobre calidad de vida, se sienten peor físicamente y tienen mayor probabilidad de padecer más accidentes de tráfico.
Tienen un 40% más de posibilidades de convertirse en enfermos psiquiátricos por depresión o ansiedad.
Suelen estar más irritables, más tensos e indefensos (por la sensación de pérdida de control) y suelen tener un estado general de disforia.
Después de una mala noche tienen un sentimiento de infelicidad, se sienten con poca energía, retraimiento social, pérdida de interés y atención, su concentración es baja, están fatigados, lentos mentalmente y como aletargados, se sienten más torpes y más vulnerables a tener accidentes, también se sienten fácilmente intimidados por otros y esto les impulsa a desear evitar a la gente.
Son más propensos a tener otros trastornos como:
- cefaleas tensionales
- problemas cardiovasculares
- problemas gastrointestinales
- problemas renales
- problemas respiratorios
- dolores y molestias inespecíficos
- alergias y a incrementar el uso de fármacos y el riesgo de adicciones
¿Voy a estar así siempre?
No. Este trastorno tiene solución. Mediante el tratamiento adecuado, individualizado y personal se puede trabajar en ello. Acude a un profesional si cumples estos criterios para poder trabajar cuanto antes dicho problema.
Al inicio del articulo os comentaba el caso del “señor Y”, os muestro de forma breve el trabajo que realizamos con él.
Se llevó a cabo una buena evaluación del sueño mediante una entrevista específica (recogiendo los datos relacionados con el sueño), tanto la descripción del problema, la historia del insomnio y aspectos elicitadores y mantenedores del trastorno actual.
Presentaba una importante ansiedad por la muerte de su padre fallecido recientemente. Se le proporcionó la agenda del sueño para que pudiera registrar la distribución regular o irregular de las horas de sueño. Se le dispuso de unas instrucciones diseñadas a su caso (el sueño que tenía era poco reparador):
- ir a la cama a dormir únicamente si se tiene sueño.
- utilizar la cama y habitación de dormir, únicamente para dormir.
- evitar cualquier otra actividad de las muy variadas que había introducido en su habitación: ver la televisión, mirar el móvil, comer…
- prohibición absoluta de realizar siestas
- levantarse siempre a la misma hora, independientemente de lo que se haya dormido esa noche.
Al tiempo, incluyendo un trabajo de crecimiento personal y elaboración del duelo se constataron mejoras alcanzadas tras la intervención.
Para cualquier duda o información, no lo duden ponerse en contacto conmigo.
Autor: Enric Valls Roselló
Psicólogo especialista en el ámbito clínico y de la salud.
Correo: vallspsicologo@gmail.com