Si nos sentimos tristes, abatidos y sin ilusión. Si hemos dejado de disfrutar con lo que antes nos hacia sentir bien y la vida se convierte en un esfuerzo.
Cuando nos invaden pensamientos negativos acerca de nosotros mismos, nuestro entorno y nuestro futuro.
Si sentimos que todo a nuestro alrededor nos da miedo y nos sentimos alerta permanentemente.
Si nos da miedo salir a la calle porque nos sentimos inseguros físicamente mal. Cuando nos da miedo alejarnos de casa o queremos estar cerca de un centro medico por si nos ocurre algo grave.
Cuando nos sentimos incapaces de comunicarnos eficazmente con los demás porque nos ponemos nerviosos.
Si cualquier miedo en general nos impide realizar una vida normal (espacios cerrados, visiones infrecuentes,..)
Cuando pensamos que el mundo está en nuestra contra y creemos que alguien o algo podría hacernos daño
Si nos sentimos incapaces de abordar todas las exigencias de la vida cotidiana porque sentimos que nuestras responsabilidades nos superan
Cuando nuestro cuerpo empieza a padecer síntomas psicosomáticos asociados al estrés como el insomnio, los problemas de piel, problemas digestivos o sexuales
Si sentimos que hemos perdido el control sobre el alcohol, el tabaco o cualquier otra sustancia y consumimos aun sabiendo que nos está perjudicando
Cuando tenemos problemas de sueño
Cuando mantenemos relaciones afectivas con personas que nos hacen daño pero sentimos que no podemos “romper”
Si un superior o compañero de trabajo o de estudios nos hace sentir permanentemente humillados o amenazados y no sabemos como resolver esa situación
Cuando una persona significativa en mi vida (familiar, amigo,..) se ve afectada por el problema o apunta la necesidad de buscar una solución
Cuando otros especialistas (médicos, abogados…) me aconsejan buscar tratamiento psicológico
Cuando me decido a llevar una vida mas plena y feliz, superando aquello que hoy me lo impide, al menos en parte.