Carolina acude a consulta con su marido Javier, de 28 y 32 años respectivamente*. Llevan casados cuatro años. Se conocieron en la Universidad hace siete años y empezaron a salir desde ese momento.
Acuden derivados por la ginecóloga que atiende a Carolina. El problema que les preocupa es la imposibilidad de practicar la penetración en sus relaciones sexuales. Carolina tiene mucho temor a que le aparezcan, lo que ella denomina, “sensaciones de dolor”. Dice que automáticamente se pone tensa hasta el punto de bloquearse, causándole mucho malestar. Carolina relata haberse sentido “muy mal” cuando la ginecóloga no pudo llevar a cabo la exploración completa, ya que no pudo relajarse lo suficiente.
Carolina se nota desesperada desde hace unos meses, siente mucha tristeza, llora continuamente, experimenta mucha preocupación por la relación y se encuentra muy decepcionada con ella misma.
Según los manuales psiquiátricos y médicos (DSM-V y CIE -10), se entiende por disfunción sexual a la aparición de algún problema o dificultad en las distintas etapas de la respuesta sexual humana, bloqueando la satisfacción sexual o el disfrute. Entendemos por vaginismo la aparición de un espasmo o contracción involuntaria de los músculos que rodean el tercio más externo de la vagina. Estos controlan la penetración, por lo que al contraerse, se imposibilita el coito.
Las circunstancias más comunes en las que aparece el problema se dan con:
- El pene, en el momento de realizar la penetración
- El tampón, durante la menstruación
- El instrumental médico necesario para la exploración ginecológica
Es muy común, en las mujeres que lo sufren, sentir reacciones emocionales con un alto nivel de estrés y conductas de evitación cuando se exponen a alguna situación relacionada con la exploración ginecológica o sexual.
Epidemiológicamente, tienen este problema entre el 2 y 3 por ciento de la población femenina. Pero cabe recalcar que esta situación tiene solución afortunadamente. Mediante un tratamiento psicoterapéutico, está demostrado su cura al 100%. Si conoces a alguien que padece de este problema, no dudes en aconsejarle para que visite un profesional de la salud.
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Enric Valls Roselló, tu psicólogo en Valencia.
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