Manuel tiene 38 años, es médico en el hospital de su ciudad y un auténtico apasionado de los deportes acuáticos. Durante sus vacaciones en el mes de marzo tuvo que reincorporarse a su puesto de trabajo debido a la crisis del coronavirus.
Como todos sabemos, nuestros profesionales de los servicios sanitarios públicos luchan cada día para poder afrontar la cantidad de responsabilidades que aparecen durante sus jornadas laborales. Los cambios en sus condiciones de trabajo, la incertidumbre y desconocimiento de no saber exactamente a que se están enfrentando, la preocupación de no conocer el tratamiento de este virus y factores relacionados con el futuro a corto plazo, acarrea una serie de consecuencias nocivas para el bienestar emocional.
Y en esta situación tan delicada y extrema, Manuel decidió acudir a consulta para controlar su estrés, canalizar el sufrimiento y desgaste emocional de todos estos meses atrás; el cansancio de trabajar tantas horas, el miedo a contagiar a su pareja y familia, no poder practicar en condiciones óptimas su afición que le aportaba vitalidad y desconexión y pensar que este ritmo va a ser constante en el tiempo a medio-largo plazo junto con la impotencia de ver que no hay miramiento por parte de muchas personas en seguir las medidas de prevención han sido motivos suficientes para pedir ayuda.
Si eres profesional sanitario, ¿qué síntomas son señal de alarma?
Síntomas físicos
- Acentuación del ritmo cardiaco.
- Mareos, trastornos digestivos, diarrea y pérdida de apetito.
- Sudores o escalofríos.
- Temblores musculares.
- Insomnio.
Síntomas conductuales
- Aislamiento de la familia o amigos.
- Incremento del uso del alcohol, tabaco y otras sustancias.
- Activación corporal.
- Incapacidad para descansar.
- Llanto desbordado.