Cada relación personal que establecemos con los demás nos enseña un poquito más sobre nosotros mismos. Nuestra verdadera misión es aprender de cada una de ellas para ganar en naturalidad, autenticidad y realidad respecto a quienes somos y lo que realmente queremos en la vida.
Sí, estimados lectores y lectoras. El otro día estaba en mi cafetería preferida tomando un té con mi querida amiga Pilar y esta me comentaba que sus relaciones eran tóxicas: “-Los chicos con los que estoy siempre me hacen daño, me utilizan y se aprovechan de mi inocencia…” Pilar sentía que en todas sus relaciones sufría por amor y celos. Además describe que los chicos con los que ha estado le han manipulado y utilizado continuamente. En ese mismo instante me di cuenta de que Pilar estaba reflejando en sus parejas su forma de ver el mundo.
Las relaciones con los demás acaban siendo el inconsciente de nuestras propias necesidades y contradicciones más internas. Aprender a distinguir lo que realmente se esconde tras cada una de ellas puede conducirnos a alcanzar el bienestar emocional.
“Somos responsables de nuestra propia vida” afirmaba un profesor en las clases de psicopatología al que admiraba con fervor. Pues sí, tenía toda la razón. No podemos hacer que nuestro propio bienestar dependa de los frutos que cosechamos en nuestras relaciones con los otros.
Cuando nos aferramos a alguien o a algo desesperadamente, estamos desplazando nuestra paz y mundo interior estando así a la merced de cualquier agente externo. El inicio siempre es el mismo: una relación que comienza maravillosamente y que luego es tormentosa y terrible. Ahí nuestra salud mental queda en peligrosas manos de terceros. Cedemos la batuta de nuestra orquesta a los demás. Nos arriesgamos a que sea el otro el que acabe tomando las riendas de nuestra vida.
El convivir con personas tóxicas nos lleva a destruir nuestra propia autoestima y sentimiento de valía personal. Es por ello, que nuestros pensamientos deben dirigirse a descubrir mecanismos con los que activar nuestra vida personal en función de nuestros propios criterios y principios vitales.
Es la responsabilidad de Pilar (y nuestra), en apartarnos de aquello que nos hace daño, que nos lastima y que nos perjudica. Cuando nos mantenemos aferrados a algo que nos rompe y lesiona, estamos contribuyendo a su cronificación.
Es cierto que no podemos controlar la actitud de las personas ni sus comportamientos, pero sí que podemos elegir con quién y cómo queremos estar.
Se trata de dejar de darle el poder al otro, para así agarrar el volante de nuestro vehículo emocional y dirigirlo hacia nuestro bienestar personal. Sin huidas, sin evitaciones, sin escapadas, sin auto-engaños… Viviremos así con plena conciencia de uno mismo y valoraremos nuestras propias capacidades y limitaciones. Sabrás como eres con tus errores y tus aciertos. Estarás a gusto y cómodo contigo mismo.
Así que, ya está bien y responsabilízate de lo que te pasa, toma el control de tu vida, decide lo que realmente quieres y apártate de lo que te hace daño.
Si piensas que es difícil o imposible, que no puedes o no sabes como hacerlo, no dudes en ponerte en contacto conmigo.
Un abrazo emocional
Enric Valls Roselló, tu psicólogo en Valencia.
Twitter: @tupsicologovlc
Facebook: @tupsicologovlc
Instagram:@tupsicologovlc
Compártelo y así podremos llegar a más gente!
Si bien aprender a tomar decisiones implica que tenemos el control de nuestras vidas, muchas veces resulta tan difícil, pero una vez que aceptamos y entendemos los motivos ahí recién estamos preparados para compartir nuestras vidas con el otro y no vivir su vida, dejar de lado la familia, amigos y objetivos personales en una relación, es uno de los errores más grandes, porque cuando eso se acaba te sentís vacío. Aprender a compartir tu felicidad, tus logros y tropiezos nos ayuda a crecer y ser mejores personas. Enric Me encanta leer tus historias tienes ese algo que te lleva a reflexionar desde lo más profundo de nuestro ser y hacer ese click que muchas veces no queremos darnos cuenta. Besos desde Argentina
Me gustaMe gusta
Gracias por compartir tu reflexión y por tus palabras!! Un saludo emocional desde España!
Me gustaMe gusta