A veces una sombra entra en mi cuarto.
La siento, sé que está ahí.
Y no quiere que me duerma.
Hoy me ha seguido durante todo el día.
Y cuando conseguía distraerme, y cuando trataba de concentrarme, pasaba su ardiente mano por mi piel. Manteniendo en mí, una tensión constante………………
Y ahora está aquí.
Me susurra al oído cosas sobre el futuro y no entiendo sus palabras.
Me grita, ¡ME GRITA! cuando me escondo. ¡Clava sus uñas afiladas, rotas, como sierras, en mi estómago! ¡y aprieta tan fuerte que me obliga a retorcerme y plegarme como un ovillo!
Como un niño. Solo.
Me dice que no se irá nunca, que me seguirá eternamente. Esa será mi vida.
Angustia.
¡SAL DE AQUÍ! Gritó sin voz.
¡Ja Ja Ja Ja JA JA JA!
Ríe al crecer. Y lo envuelve todo de negro y rojo. Las paredes arden. Mi cama es un infierno.
Me escondo y crece.
Combato y crece.
Le hablo y crece.
Y cedo exhausto. Acepto sus palabras oscuras, su tormento, su futuro de cenizas y ascuas. Cedo ante su fuerza. Para siempre.
El sudor resbala por mi espalda.
Trato de traducir sus palabras a mi antojo. Pero ha vertido su veneno en mi oído, en mi mente.
¡Y VUELVE A CRECER! y se hace más grande y lo anega todo. El calor asfixia. Y me ah.ogo, con sus ásperas. y pegajosas manos. alrededor. de. mi. garganta.
Pumpumpumpumpumpumpumpumpum pumpumpumpumpumpumpumpumpum PUM
Mi corazón marca un ritmo agónico, un rápido tambor. El aire es denso como el petróleo.
Y de pronto…
…Silencio.
¿Hola?
Trato de palpar el vacío, rezando para que se haya ido y nunca vuelva.
Pero al comprobarlo en el aire, afinando mis oídos, al buscar respuestas en los monstruos de otros, al remover todo tratando de verificar su mentira, sus palabras, mi verdad, la que sus dientes quebrados y su lengua viperina siento que me escupen…
…allí, tumbado, en la oscuridad, fuera de la realidad, del contexto…
¡SU CHILLIDO SE HACE MÁS FUERTE…
…Y MÁS PESADO! ¡Y EL SUDOR EMPAPA MI ALMOHADA!
¡y ti-ti-tiemblo fe-fe-febril, como en el más gélido rincón del mundo. Y crece de nuevo…
PODEROSA!
Parece que han pasado horas, o días. ¿Cuánto llevaré aquí? ¿Cuándo va a parar? ¿Será siempre igual?
Entonces saco la cabeza de debajo de mis sábanas y enciendo la luz.
…click…
Unos mansos ojos me miran.
Dos perlas enormes.
No hay monstruo alguno. Nunca lo hubo.
Nunca.
Tan sólo una idea.
Una.
Sin segundas intenciones, sin conexiones con otras que en lo oscuro eran evidentes y tan reales como mis dedos escribiendo. En los ojos, en los oídos, en el tacto de mi mente.
ERAN REALES.
ERAN.
Una.
Respiro.
Tomo aire.
Lo exhalo .
Una idea única, inofensiva, evidente y simple.
Y sólo tenía que escucharla.
Y sólo tenía que escucharme.
Todo vuelve a la calma.
Cuento de miedo y real que ha realizado mi amigo y escritor Ignacio Parra. Explica de una forma narrativa y muy explicita un episodio de ansiedad. No tiene perdida!
https://parrafadas.wordpress.com/
Excelente!!
Me gustaLe gusta a 1 persona